Abrir una botella de vino siempre produce una cierta emoción. Empiezas a notar una cierta ansiedad. Te concentras en el proceso y procuras hacerlo meticulosamente. Incluso tus labios perfilarán una pequeña sonrisa que anticipa el disfrute que esperas, cuando llegues a su contenido.
Los motivos para abrirla pueden ser variadísimos.
- Una celebración
- Una comida o cena especial
- Una reunión de negocios
- Un momento de relax personal
- Una película, programa o partido en la tele
- Recibir una visita en casa
- Porque te apetece
Y el acompañamiento puede ser igual de variado: con comida o sin ella, solo o con gente, porque estás alegre o porque estás triste.
Pero sabes que, una vez que has acabado de beber, nada es igual a como el mundo era antes de abrirla. Abrir una botella de vino, sobre todo si es de los vinos que te emocionan, tiene los siguientes efectos:
- Aumenta tu optimismo y tu alegría (bebiendo con moderación claro)
- Mejora tu visión del mundo y de lo que te sucede
- Mejora tu salud, como corroboran numerosos estudios (igualmente sin exceso)
- Refuerzas lazos con otras personas
Por todo ello, abrirla correctamente es un paso fundamental, para que no se produzcan incidencias no deseadas, que incomoden el momento. Así que para no arruinar el momento deberías tener en cuenta la siguientes consideraciones previas:
- Elección del vino: parece una tontería pero no cualquier vino sirve para cualquier momento. Has de valorar cuidadosamente mientras escudriñas por tu bodega
- Si buscas un vino para refrescar o para acompañar comida: más ligero, de trago fácil y que te hace beber más, o un vino que encaje con la comida, bien sea dulce o salada.
- Si lo vas a tomar tú solo: si buscas un momento personal de disfrute, para deleitarte tú solo con el vino, para festejar un éxito, para hacer pasar un mal momento, para buscar inspiración, etc.
- Si lo vas a compartir con otra gente: en este caso asegúrate que el resto de la gente tiene conocimientos y sabrá valorar lo que les sirves. Sacar el vino incorrecto para cierta gente te dará un gran dolor de corazón. Nos ha pasado a todos que una vez que empiezas a saber de vinos quieres trasladar tu entusiasmo al resto de la gente que conoces. Ofreces lo que consideras mejor, más novedoso, más emocionante y más interesante y te encuentras que “todavía” no saben apreciarlo. Les sabe “raro” porque en su memoria gustativa el vino tiene para ellos otro sabor u otro recuerdo, o están encasillados en otros tipos de vinos (jóvenes, con mucha madera, sólo tintos, etc.). Igual que tú unos meses o años antes lo habrías hecho. Al poner vino para gente que no conoce, si estos no son de marca reconocida, procura que su precio no pase de 10 a 15 euros o dólares. Estarás enseñando cosas nuevas, pero no te dolerá tanto si te lo rechazan, ni gastarás una botella con la que podrías disfrutar mucho más en otras circunstancias.
- Si tienes más botellas o te queda sólo esa: hay que pensarse muy bien el sacar una botella que te ha emocionado. Siempre en momentos especiales y, si ha de ser compartida, con gente que, como tú, la sepa valorar.
- «Bebe tus crianzas y guarda tus reservas»: este es el consejo que les doy a mis amigos cuando me preguntan cómo seleccionar el vino. Frecuentemente, cuando compramos vino empezamos a tener un ansia por probarlo que nos lleva a abrirlo rápidamente para ver cómo está. Especialmente si tu bodega no es muy grande y no hay mucho donde elegir, te invito a que resistas la tentación de abrir demasiado pronto los vinos. De esta forma empezarás a crear un fondo de bodega para ocasiones especiales. Los vinos jóvenes, robles o crianzas son vinos que es más fácil le gusten a todo el mundo. Son alegres y frutales por lo que ya se pueden beber al poco de salir al mercado. Si son de buenos elaboradores, como mucho tenlos guardados hasta 4-6 años desde fecha de cosecha. No van a ganar más en cuanto a redondeo en botella, por mucho más tiempo que les guardes. Los vinos de Reserva o Gran Reserva, es mejor dejarlos esperar un poco en nuestra bodega. Ganarán complejidad y redondez reposando en la botella. Igualmente, mejor consumirlos entre los 8 – 10 años desde fecha de cosecha si son de buenos elaboradores. Normalmente, los vinos bajo las clasificaciones joven/roble, crianza, reserva y gran reserva y están listos para beber en cuanto salen al mercado. Los tiempos de espera que indico, suelen coincidir con el momento óptimo del vino. Con los vinos extranjeros, especialmente con los de Burdeos franceses, la cosa cambia muchísimo. Pero eso ya es para comentarlo en otro momento
- Temperatura del Vino: Sirve el vino a la temperatura adecuada para resaltar sus aromas y sabores. Hay un apartado especial para este tema
- Estado del cierre y mermas del contenido: verifica que no haya habido fugas o daños en el cierre o en el corcho que puedan indicar una mala conservación, con el consiguiente daño en el contenido: oxidación, contaminación, etc.
- Posición de Almacenamiento: Deja la botella en posición vertical un tiempo antes de abrir para permitir que los sedimentos se depositen en el fondo.
- Utensilios Limpios: Asegúrate de que el área alrededor del cuello de la botella esté limpia.